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Diamante en bruto: "Perdidos en otro mundo", de Rubén García Costas

Actualizado: 6 jun 2021

Esta es la primera reseña que hago jamás, y me siento feliz de estrenarme en este maravilloso mundo hablando de un libro tan interesante como desconocido. Me he propuesto buscar novelas autopublicadas en Amazon que no tengan un aspecto profesional, ni opiniones, ni fama alguna. Novelas que se han perdido rápidamente en la marea de Internet y que, sin embargo, quizá sí merezcan ser miradas dos veces, ser compradas incluso. Este es el caso. Porque, aunque este libro no sea perfecto, sí me ha resultado interesante, ameno y me ha hecho disfrutar más que muchos otros. Por su precio de 99 céntimos merece la pena sin dudar.

Como información general, la novela fue publicada en 2017 en Amazon en versión Kindle. Su autor es Rubén García Costas, y no he podido encontrar mucha información sobre él. Hasta donde yo sé, no ha publicado más libros.


Su precio es de 0,99 euros y tiene 175 páginas.


La sinopsis, tal y como la encontramos en Amazon, es la siguiente:


"Abandonados a su suerte en un planeta remoto, los tripulantes de una nave de exploración tendrán que enfrentarse a lo desconocido, sin apenas recursos y con provisiones limitadas, esperando un rescate que podría tardar años en llegar.

Un pequeño grupo separado del resto se verá obligado a luchar contra los elementos, el hambre, las enfermedades, y los extraños animales que acechan en la oscuridad, descubriendo en su camino el extraño y misterioso mundo que los rodea.

¿Existe alguna manera de abandonar el planeta? impulsados por esta idea y obligados por las circunstancias, el grupo abandonará su refugio, atravesando peligrosos y extraños parajes, en un intento por descubrir el destino que han sufrido los demás tripulantes de la nave".


Comprobamos, pues, que se trata de una novela de ciencia ficción.


El libro actualmente no tiene ninguna opinión en Amazon, cosa que va a cambiar en el instante en el que yo termine de escribir esto.


Quizá lo primero que habría que comentar sobre Perdidos en otro mundo es el formato en el que está narrada la historia: es un diario que escribe, principalmente, Alexander Magnus, uno de los tripulantes de la nave. Este es nuestro protagonista.


El hecho de que esté escrito a modo de diario implica tres cosas:

  1. No hay más descripción en el libro que la estrictamente necesaria. No se recrea mucho en las imágenes ni profundiza en lo visual. Se centra sobre todo en narrar los hechos y en hacerlo con relativa rapidez, a modo de apuntes breves que nos informan de manera sencilla de lo que está sucediendo. A pesar de ello, el autor logra hacernos ver con cierta claridad a esos animales extraños, esas plantas y esos paisajes extraterrestres, creando en ocasiones imágenes verdaderamente raras y hermosas.

  2. No se profundiza tanto como en otros formatos. No conoceremos a los personajes en profundidad, sus sentimientos, su forma de ser y de pensar. Reitero que se centra sobre todo en los hechos, como una novela de aventuras del estilo más clásico.

  3. No podemos saber lo que sucede durante todos los días que los personajes permanecen en el planeta, porque no todos los días el narrador decide escribir. Solo sabemos lo que nos quiere contar o lo que tiene tiempo de contarnos. Hace los saltos temporales que le apetece, a menudo muy convenientes, aunque a veces he sentido que habría querido saber más de lo que sucede en medio. Quizá esas lagunas, esa selección deliberada de la información, sean también parte del encanto de Perdidos en otro mundo.

Ese formato de diario, personalmente, me ha gustado mucho. Aunque debo comentar que en ocasiones se abandona un poco ese estilo para tratar de narrar de una manera más extensa, cosa que rompe un poco la dinámica de la novela. Se introducen descripciones más pormenorizadas, diálogos completos y demás que a veces parecen no encajar del todo con el resto. Quizá la propia historia exigía esas escenas más detalladas, pero francamente yo habría preferido menos profundidad con tal que el ritmo siguiera siendo como al principio y la esencia permaneciera intacta. A pesar de ello, en el momento en que vi que el formato era un diario y empecé a leer supe que iba a ser un libro interesante, y no me equivoqué.


Respecto a la propia historia, es relativamente estereotípica. Un grupo de personas lucha por sobrevivir en un lugar en el que hay animales hostiles, plantas extrañas, enfermedades desconocidas y entornos peligrosos. Sin embargo, conforme los acontecimientos avanzan aparece otro problema: deben resolver un conflicto humano que supone una amenaza tan grande o incluso mayor que todo lo demás. No obstante, el hecho de que sea una historia estereotípica en ciertos aspectos no le resta valor ni atractivo.


Sí es cierto que hacia la mitad se produce un cambio de registro, pasamos de ver cómo sobreviven en el día a día para encontrarnos con una lucha entre grupos humanos. En ese momento me sentí un tanto decepcionada, como si la mejor parte del libro hubiese pasado ya y todo lo demás fuera a ser muy predecible. Sin embargo, y aunque se trata de un tipo diferente de atractivo, creo que al final la novela es un todo y que cada tramo aporta algo distinto. A mí, personalmente, la parte de supervivencia pura y dura me ha gustado más, pero es innegable que la otra mitad también me ha mantenido tensa e interesada.


Al final, aunque la historia sea más o menos estereotípica, lo cierto es que tengo la sensación de haber leído algo distinto. No me ha parecido predecible, no ha sido como todos esos otros libros en los que sientes que estás leyendo exactamente lo mismo una y otra vez. Tiene un encanto especial sin saber por qué.


Bueno, quizá sí sepa por qué: se nos presenta un mundo complejo del que se nos describen solo las partes que nos van a interesar en la historia, y, sin embargo, no desaparece la sensación de que hay mucho, mucho más que el autor podría estar contando, muchos más animales y plantas que no llegaremos a conocer. Y todo lo que se menciona tiene una función más adelante: los microorganismos extraños de la lluvia, las plantas que lanzan sus esporas deliberadamente, los depredadores que acechan solo en la oscuridad... todos ellos, antes o después, hacen algo. Los únicos dos descubrimientos que no cambian el desarrollo de los acontecimientos son los animales que llaman "bulolos" y el misterioso "hombre del sombrero", que en realidad solo están ahí para completar el cuadro con dos pinceladas que parecen no tener nada que ver, pero que nos gusta encontrar ahí.


Además, a lo largo de la historia se nos presentan un par de enigmas que quedan perfectamente resueltos al final. No hay nada abierto, todo se cierra y todo se explica. No nos quedarán dudas sobre qué es esto o aquello, quién es el hombre del sombrero o por qué esa estrella aparece y desaparece (la solución de este último enigma, por cierto, no me termina de resultar del todo satisfactoria, pero supongo que se trata de algo personal).


En cuanto a los personajes, no se profundiza demasiado en ellos. Las descripciones sobre su físico se hacen una vez y no se repiten, por lo que en realidad es fácil olvidarlas. Importan más los hechos que las personas que los llevan a cabo, quienes, en realidad, son también más o menos estereotípicas. Sin embargo, no he echado en falta una mayor profundidad en ese sentido, puesto que la propia estructura de diario en la que está todo narrado exige que ciertas cosas queden a un nivel superficial. Si se hubiera dedicado más atención a determinadas cuestiones tendríamos otra cosa diferente. No sería este libro.


El punto fuerte de la historia, a mi parecer, es que simplemente es interesante. En todo momento he querido saber más, ver cómo salían de cada conflicto. La información se revela, además, a un ritmo perfecto. Encadena un descubrimiento con el siguiente para que no te aburras, y lo hace con total naturalidad. A veces hace énfasis en determinados sucesos (cosa que no me ha gustado mucho), como diciendo "oh, Dios mío, ¡qué sorprendente lo que ha pasado aquí!", pero más frecuentemente sigue contando como si nada, y eres tú el que para de leer un momento y parpadea un par de veces en shock por lo que acabas de descubrir. En mi opinión, el autor lo hace bien en ese sentido.


Dicho todo esto, llega el momento de hablar de lo negativo, y es que el libro no es perfecto.


Su principal fallo es el lenguaje y la ortografía. Hay muchas faltas, algunas de ellas bastante sangrantes (por ejemplo, desmallar en lugar de desmayar), mientras que a otras uno se acostumbra y las deja pasar. Hay algún sobretodo (en lugar de sobre todo), algún e echado (en lugar de he echado) y similares. Lo que más faltan son las tildes, mi sensación general es que el autor ha decidido obviar al menos la mitad de ellas. En general esto no supone un problema más allá de la ligera molestia de saber que está mal escrito, pero en determinadas ocasiones nos encontramos con un verbo del que tardamos un instante en saber si es presente o pasado. El contexto resuelve la duda, aunque esos errores deslucen mucho todo lo demás.


También hay fallos de puntuación, principalmente comas que faltan. Nos encontramos con minúsculas que deberían ser mayúsculas y, en al menos un par de veces, barras de diálogo que no están ahí. Necesitamos leer unas cuantas palabras para darnos cuenta de que alguien está hablando. Esto entorpece un poco la lectura en algunas ocasiones y, como he comentado en el párrafo anterior, desluce mucho la historia.


Hay que aprender a pasar por alto esos fallos para poder disfrutar del libro, porque si nos detenemos a sufrir por cada tilde ausente y cada coma desaparecida nos acabaremos enervando. Y, aunque siempre he sido de las que dicen que la ortografía correcta es lo mínimo, creedme cuando os digo que el libro tiene más que ofrecer.


Además de este primer fallo tan evidente, me da la sensación de que empieza mejor y decae un poco hacia la mitad, cuando hace ese cambio de registro y pasamos de centrarnos en la supervivencia para presenciar una guerra entre grupos. Al principio ese cambio es muy repentino, nos descoloca y no gusta demasiado, pero si avanzamos unas cuantas páginas más enseguida veremos cómo se reconduce todo y mejora.


Pero hay algo extraño que sucede más o menos a partir de la segunda mitad del libro, y es que parece que, de repente, el autor perdiese mucha madurez en su forma de escribir. No sé de qué otra manera explicarlo. Es como si hubiese revisado mucho el principio pero hubiese dejado el final tal y como salió a la primera.


A lo largo de toda la novela, además, nos encontramos de vez en cuando con expresiones que también suenan un poco infantiles y con palabrotas que no parecen encajar del todo en un lenguaje que por lo demás pretende ser sobrio. Estos detalles nos sacan un poco de la narración y a veces casi nos impiden volver a interesarnos por lo que vaya a suceder después. En el texto vemos también exclamaciones de sorpresa que a mí personalmente no me agradan.


Hay algo más que no me ha terminado de gustar en la historia, y es que en ciertos momentos tengo la sensación de que el autor tenía algo muy interesante entre manos que no ha sabido aprovechar. Todo avanza y queda resuelto como debe ser, pero se podría haber hecho mucho más con esta idea y con este mundo tan interesante. Se podría haber optado por elegir como conflicto principal otro que no fuera tan típico como una lucha entre grupos, por ejemplo. Además, el último capítulo sirve para explicar las cuestiones que quedaban en el aire y para cerrarlo todo, pero la razón detrás de lo que sucede en todo el libro no me ha parecido del todo satisfactoria, sino un tópico en el mal sentido de la palabra que el autor ha intentado meter con calzador.


A pesar de todas estas críticas, quiero que quede claro que el balance final es positivo. El libro me ha gustado mucho, me alegro de haberlo leído y de haber pagado ese euro que me ha costado. Ha sido interesante, me ha inspirado curiosidad y me ha mantenido entretenida unas cuantas horas. Además, no me ha dejado indiferente, sino que en cierto modo ha calado en mí.


Es cierto que necesitaría una revisión a fondo por parte de un profesional para corregir los fallos de lenguaje, ortográficos, de puntuación y de estilo, y para pulir aquellas cosas que no quedan del todo verosímiles o satisfactorias. Pero por eso he decidido llamar a estas reseñas "diamantes en bruto": son historias con potencial y con un cierto encanto que de haber tenido a su disposición ciertos recursos o la ayuda de algún profesional habrían sido estupendas. Debemos juzgar este tipo de novelas como lo que son, joyas sin pulir, lo cual requiere que seamos comprensivos y pacientes.


Desde ese punto de vista, debo decir que yo, personalmente, he disfrutado este libro y que lo recomiendo. Es una pena que no sea perfecto y que cometa errores que considero básicos cuando en realidad acierta en lo más importante, pero a pesar de todo a mí me ha gustado, y desde luego considero que ese euro que me ha costado ha sido bien invertido. Esta es mi opinión personal.


 

No puedo puntuar esta clase de libros con un solo parámetro. No es tan sencillo decir si es bueno o no es bueno, porque la realidad es más compleja. Así que he decidido usar varios:


  • Gramática, ortografía, puntuación. Corrección del lenguaje en general: 2/5.

  • Narración, formato: 4/5.

  • Historia, desarrollo de los acontecimientos: 4/5.

  • Originalidad: 3/5 (aunque construye un mundo interesante, no sucede realmente nada extraordinariamente creativo).

  • ¿Final satisfactorio?: (queda todo bien cerrado).

  • PUNTUACIÓN GENERAL: 4/5. ME HA DEJADO BUENAS SENSACIONES.



Espero que te haya resultado útil la reseña y que te guste el libro en caso de que decidas comprarlo. Te animo a comentar, compartir, y, por supuesto, a dar difusión a esta novela si la crees merecedora de ello. ¡Muchas gracias por leer y hasta la próxima!

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