top of page
Foto del escritorHNS

Reseña: "Alas de Fuego" y "Alas Negras", de Laura Gallego García

Alas de Fuego y Alas Negras son dos novelas de Laura Gallego García, publicadas por Minotauro respectivamente en 2004 y 2009. Alas de Fuego pertenece a esa primera época de la autora, maravillosa, prolífica e inmadura, en la que escribía una barbaridad y todos los libros eran imperfectos. Y pese a las imperfecciones tenían el gran encanto del creador que todavía no se deja afectar por las demandas del mercado ni por el peso de su propio éxito.


Para mí, el punto de inflexión de Laura Gallego fue Donde los árboles cantan (2011), libro maravilloso que algún día reseñaré también.


El primero de los dos es Alas de Fuego (2004). Tiene 237 páginas y vale en torno a 13 euros en físico y 4,74 en kindle. Me imagino que debe de estar también en todas las bibliotecas de España.


Su sinopsis es la siguiente:


La joven reina Marla es la soberana de una nación resplandeciente. Ahriel, un ángel femenino, está a su lado desde que nació, con la misión de guiarla y protegerla, y de guardar el equilibrio en los reinos humanos. Pero cuando descubre una conspiración para iniciar una sangrienta guerra, Ahriel es traicionada y encerrada, con las alas inutilizadas, en la espantosa prisión de Gorlian, un mundo primitivo y brutal de donde nadie ha logrado escapar jamás. Ahriel deberá aprender no solo a sobrevivir en Gorlian, sino también a ver las cosas desde el punto de vista humano… a ras de suelo.


Si queréis catar el primer capítulo, está en la web de la autora.


Un detalle característico de la manera de escribir de Laura Gallego en esta primera época suya es que va muy al grano. Escribe, además, de una forma directa, mencionando de manera obvia los elementos importantes, de modo que sus novelas resultan muy predecibles. Le pasa también a estos dos libros, tanto a Alas de Fuego como a Alas Negras. Aunque a mí, personalmente, eso no me molesta en absoluto.


Alas de Fuego es una novela cortita, y eso significa que no pierde el tiempo. Cada página avanza trama a pisotones. Sí es verdad que hay unos cuantos giros bruscos que aparecen sin indicios, pero que son coherentes con el universo de la historia, con lo cual te los tragas más o menos. Al leer el segundo libro encuentras respuestas a las preguntas que despierta el primero, con lo cual funcionan bien juntos.


El final, para mí, se hizo demasiado largo. Eso es algo que le pasa a otras novelas, como por ejemplo a Elantris, que también reseñé en este blog. Intentan hacer un final tan, tan espectacular y dramático, que se pasan de rosca y se hace agónico. La tensión y la atención caen y lees en diagonal porque, en realidad, solo dan vueltas y vueltas a lo mismo para alargarlo. Les sobraría la mitad. Alas de Fuego, tan concentrado como está a lo largo de todo el libro, peca de final agónico.


Los personajes son maravillosos, muy bien delimitados y muy diferentes entre sí. Además, son más o menos grises, no hay buenos perfectos ni malos perfectos, ni siquiera Marla. Esto Laura Gallego siempre lo hace muy bien.


El arco de degeneración de Ahriel, la protagonista, es espectacular: coherente y con los tiempos bien medidos. Empieza como un ángel hermoso, orgulloso, defensora de la justicia y el Equilibrio, y se acaba convirtiendo en una tirana sanguinaria y medio loca. El proceso resulta perfectamente creíble.


Pero, además de Ahriel, tenemos a Marla, Bran, Dag y otros tantos. Los secundarios están menos delimitados, cosa que es razonable también.


La propia trama me ha gustado mucho, pese a que, como digo, tiene giros bruscos, poco indicio y un final agónico. Y, con este percal, parece raro que diga que la trama me ha gustado, aunque sea verdad. Me explico. El tema de los ángeles, los demonios, la magia negra, incluso la prisión mágica, están ya muy agotados. Los hemos visto mil veces. La propuesta de Alas de Fuego, sin embargo, tiene un toque especial que no sabría decir dónde se encuentra, pero ahí está. Ahriel no es un ángel típico, Gorlian no es una prisión mágica típica, ni los engendros son típicos. Tiene toda una mitología y un universo propios, cosa difícil de conseguir en una novela tan breve, y este es uno de los grandes méritos del libro.


Ese encanto se rompe un poco en Alas Negras.


Alas Negras tiene 381 páginas, en físico vale en torno a 14 euros y, en kindle, 4,74.


Aviso de que su sinopsis contiene un spoiler de Alas de Fuego. No es un spoiler doloroso porque esa parte del final resulta predecible desde antes de abrir el libro, pero de todas formas lo tengo que anunciar.


Ahriel ha recobrado su libertad y obtenido su venganza, pero aún hay algo que debe hacer. Tras acudir a rendir cuentas a sus semejantes en la Ciudad de las Nubes, se dispone a reanudar la búsqueda de la mágica prisión de Gorlian para recuperar aquello que dejó atrás al escapar. Está decidida a hacer cualquier cosa para encontrarlo, incluso interrogar a la única persona que sabe dónde se oculta. Llegar hasta ella no será fácil, pero Ahriel no estará sola esta vez…


De nuevo, el primer capítulo está en la web de Laura Gallego.


Alas Negras se escribió cinco años después de Alas de Fuego y ese tiempo se nota. Como decía, pierde gran parte del encanto del primer libro. En la manera de escribir las frases e hilar los diálogos se ve que la autora había mejorado, pero lo que es la propia historia y su estructura, en mi opinión, decaen.


En su web, Laura Gallego cuenta que cuando terminó Alas de Fuego no pensaba escribir una secuela, sino que esta salió después, con una idea diferente y una trama más o menos nueva.


Cuando escribí esta novela no tenía intención de hacer una continuación, a pesar de que la gente que la leía me lo pedía con insistencia. [...] no me planteé seriamente la idea de continuar este libro hasta que no se me ocurrió una buena trama para una segunda parte (con una buena trama me refiero a una historia nueva que fuera más allá de “continuar donde lo dejé”). Así surgió la idea para Alas Negras.

La historia en esta segunda parte crece, se vuelve más complicada, el conflicto es mucho más serio. Responde a todos los interrogantes que se nos plantean en Alas de Fuego, cosa que me ha gustado bastante. Había detalles del primer libro que parecían sacados de la manga, y que aquí toman sentido. Todo cierra y cierra bien. Y no puedo dejar de reconocer el gran mérito que supone escribir una segunda novela no planificada originalmente que no solo sea coherente con la primera, sino que aproveche tan bien los huecos y los interrogantes que esta dejó para tirar del hilo y sacar otra nueva.


Mi principal problema con Alas Negras es que la estructura me parece descompensada. El principio se me ha hecho relativamente aburrido y, poco más allá de la mitad, tiene lugar un acontecimiento gordísimo al que no se le da suficiente importancia. A partir de ahí, se hace el caos. Idas y venidas entre Aleian y el Infierno, y por la Fortaleza y los pasillos del palacio de Marla. Es como si toda la segunda mitad del libro fuese un desenlace que se eterniza. Si el final del primero era agónico, el del segundo es insoportable.


Hay cosas que no se podían recortar, pero otras sí. Nos podríamos haber ahorrado muchas vueltas que no aportaban nada y que nos quitan bastante tiempo, y con esa poda el libro se habría visto muy beneficiado. El desenlace habría seguido siendo largo, aunque no tantísimo.


En Alas Negras encontramos personajes nuevos: Zor, Karmac, Cosa Shalorak, Ubanaziel, Furlaag... Algunos aportan muchísimo, como Ubanaziel o Karmac. Otros son más planos, cosa comprensible. En general, el personaje de Zor, un nuevo protagonista, no me ha gustado nada. Me ha parecido que no tiene personalidad ni carisma, que ni siquiera cambia a lo largo de la novela ni hace en realidad mucho por la trama. He leído sus partes con bastante hastío.


Además de los escenarios de Alas de Fuego, en este segundo libro también hay lugares nuevos (el Infierno, la Fortaleza, etc.), algunos muy chulos. Mi preferido es el Infierno, ese páramo con una incómoda luz roja que no viene de ninguna parte y que nunca se apaga.


Gorlian vuelve a ser importante en Alas Negras, pero la visión sobre él ha perdido mucho interés. Ahora es Zor, no Ahriel, a quien acompañamos en la prisión. Y Zor ha nacido y vivido allí toda su vida, con lo que no tiene la perspectiva de Ahriel: ese odio, esa repugnancia, esa pulsión insoportable de lavarse y de buscar la salida como sea. Para Zor, Gorlian es el mundo y está conforme. A medida que avanza la trama quiere escapar, sí, aunque en realidad no me queda demasiado claro el por qué.


En resumidas cuentas, aunque Alas Negras no es mal libro, no está a la altura de Alas de Fuego. Viéndolos ambos como un todo, la segunda parte aporta respuestas y amplía el universo y la mitología de la historia, pero por separado quizá Alas Negras no se sostenga. Nos da una resolución de los conflictos muy satisfactoria, tiene varias escenas y personajes magníficos y el final casi me hizo llorar. Sin embargo, no se me quita la sensación de que debería haber sido mucho mejor.


Mi consejo es que, si te ha gustado mucho Alas de Fuego, como fue mi caso, y sientes que necesitas saber más y ver cómo acaba, leas entonces Alas Negras. Si por el contrario el primer libro no te apasionó hasta ese punto, tal vez el segundo no te aporte demasiado. Funcionan bien como un todo y a mí, de hecho, me encantaría una edición con los dos juntos (con su correspondiente trabajo de revisión y adaptación por parte de la autora), pero Alas Negras no es todo lo que pudo haber sido.

 

¡Vayamos con las puntuaciones!


  • Lenguaje: 3,5/5.

  • Personajes: 4/5.

  • Historia (y cómo está contada): 3,5/5.

  • Originalidad: 4/5.

  • ¿Final satisfactorio?: SÍ, en ambos libros.

  • Emoción: 4/5.

  • PUNTUACIÓN GENERAL: Alas de Fuego 4,5/5, Alas Negras 2,5/5.

Espero que te haya resultado útil la reseña y que te gusten los libros en caso de que decidas leerlos. Te animo a comentar y compartir. ¡Muchas gracias por leer, y hasta la próxima!

12 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page