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Reseña: "Aprendiz de asesino", de Robin Hobb

Actualizado: 6 jun 2021

Cuando se me ocurrió empezar a escribir reseñas, lo hice con la intención de poner en valor libros autopublicados. Es por eso que las tres primeras son de autores independientes. No obstante, esta novela me ha gustado tanto, y las reseñas de ella que he encontrado la halagan tan poco, que me he visto obligada a expresar mi opinión. Merece que le fangirlee como loca.


Aprendiz de asesino es una novela escrita por Robin Hobb, seudónimo de Margaret Ogden, una autora estadounidense. Fue publicado originalmente en 1995, pero la edición que yo he leído es de 2015, de la editorial DEBOLSILLO. Tiene 392 páginas, y me costó en torno a 10 euros. Lo siento, no recuerdo el precio exacto. De hecho, ni siquiera sé dónde lo compré, pero, por mantener la tradición, os dejo el enlace al libro en Amazon.


Aprendiz de asesino narra los primeros quince años de vida de su protagonista, Traspié Hidalgo Vatídico, que nos relata su historia en primera persona y en pasado.


Portada de la novela "Aprendiz de asesino", de Robin Hobb
Aprendiz de asesino, de Robin Hobb

La sinopsis es la siguiente:


El joven Traspié es el hijo bastardo del príncipe Hidalgo, heredero al trono de los Seis Ducados. En la corte, crece bajo la tutela del arisco caballerizo de su padre. Todos los miembros de la realeza lo consideran un paria, salvo el taimado rey Artimañas, que ordena que sea adiestrado en el arte de matar. Traspié ha heredado la Habilidad, la magia de la familia real, pero también un conocimiento más oscuro y propio de un muchacho criado en un establo entre animales. Cuando un sanguinario enemigo empieza a asolar las costas del reino, Traspié ya está preparado para servir como un hombre en su primera y peligrosa misión. Pese a que algunos lo ven como una amenaza al trono, quizá sea en realidad la clave de su supervivencia.



Al leer esta sinopsis podríamos incurrir en un nefasto error: pensar que este es el típico libro de fantasía épica. Lo es. Pero también no lo es. No sabría decir por qué, pero Aprendiz de asesino se me antoja sutilmente diferente a toda la fantasía épica que he leído. Puede ser una impresión subjetiva o no, aunque, en cualquier caso, os aseguro que el libro es estupendo, tanto si es especialmente creativo como si no, y os voy a decir por qué.


Su punto fuerte reside en la sutileza. Habitualmente, al leer un libro de este género, tengo la sensación de que se centra en las "grandes cosas": la vida, la muerte, el honor, la rivalidad, la maldad, la tiranía, el amor en su más grandilocuente expresión... Esta novela, no obstante, deja de lado el espectáculo para crear un tapiz complejo en el que pocos hilos parecen sobresalir, pocos son llamativos, y, sin embargo, no puedes dejar de mirarlo, porque quieres saber más. Es detallista, y lo mejor es que los detalles son, de algún modo, bonitos. No se me ocurre una mejor manera de expresarlo. Todo el libro está tejido con mucho cuidadito y mucho mimo. Son esos atractivos detalles, más que la propia historia e incluso más que los personajes, los que te impulsan a seguir leyendo y te hacen disfrutar a cada página, o al menos así ha sido para mí.


El hecho de que existan esos detalles te permite tener una cierta sensación de cotidianidad, o de realidad, o de verosimilitud, que a mí me encanta. Realmente estás dentro de ese mundo, más inmerso en el libro de lo habitual. De nuevo, puede ser una impresión subjetiva.


El principio de la historia (y con el principio me refiero a la primera página) no parece ser nada llamativo. No engancha. Compré este libro porque quería conocer a Robin Hobb, pero, si no hubiese sido esa mi intención, al leer los primeros párrafos seguramente lo habría vuelto a dejar en la estantería y habría seguido buscando. No obstante, seguí leyendo. Y enseguida empezó a ponerse interesante.


La primera escena que nos encontramos es al protagonista del libro, que en este punto de la historia ni siquiera tiene nombre, siendo conducido por su abuelo a través de un camino de piedra mientras la madre del niño, e hija del hombre, le suplica que no se lo lleve. Este pequeño resulta ser un hijo bastardo del heredero al trono: el Rey a la Espera Hidalgo. Su abuelo se ha cansado de mantenerlo y decide entregárselo a su padre para que se encargue de él. En ese momento, el chico solo tiene seis años. Es recibido por el hermano menor de Hidalgo, Veraz, que enseguida aprecia el parecido del niño con el padre, por lo que no duda ni un instante de que efectivamente se encuentra ante su sobrinito. Así es como empieza la difícil historia del protagonista.


Quiero hacer un breve paréntesis para comentar que las descripciones que la autora hace del entorno y de lo que percibe Traspié son muy buenas, muy sugerentes. Estando el libro narrado en primera persona, transmitir las sensaciones del protagonista es algo esencial, y Robin Hobb lo hace de miedo. Es muy sencillo visualizar todo lo que describe: los entornos, las sensaciones, los gestos, los diálogos... Consigue que la expresión verbal parezca no verbal, que nos creemos una impresión completa de los personajes, a veces sin que la autora nos diga qué debemos pensar de ellos. Como ya he comentado, es un libro complejo, lleno de matices y detalles.


Pero volvamos a la historia.


En sí es bastante típica: niño bastardo (aunque no reconocido oficialmente) vive en el castillo en un extraño limbo, pues no pertenece ni a la plebe ni a la familia real, y, con el tiempo, empieza a ser adiestrado en diferentes disciplinas. El rey Artimañas, su abuelo, sabe que Traspié ha heredado la Habilidad, una magia propia de la familia real, y decide sacar partido de ello. Por eso ordena que el niño sea instruido como asesino. Este libro, que es el primero de una trilogía (la Trilogía del Vatídico), nos cuenta cómo es la infancia de Traspié y cómo vive ese aprendizaje. También llegamos a ver cómo cumple su primera misión como asesino. En sí, nada de esto es nuevo. Ni el hecho de que sea un bastardo, ni las intrigas reales, ni la presencia de algo parecido a la magia. A pesar de ello, sigo afirmando que algo en la novela me lleva a sentir que su enfoque es diferente.


Así pues, la historia es más o menos típica. Buena, sin duda, pero típica. Pasemos a los personajes.


Empecemos por el protagonista: Traspié (un nombre para nada cruel). Es un personaje profundamente atormentado, cosa que, debo reconocer, a mí me encanta. No recibe palizas constantes, ni humillaciones escandalosas, ni insultos brutales. No es torturado realmente en ningún momento, y, sin embargo, lo vemos sufrir todo el tiempo. Se siente solo y se siente en peligro. Sabe que, si no encuentra la manera de ser útil, un bastardo está mejor muerto, y lo tiene muy presente.


Sus maestros a menudo lo tratan con demasiada dureza, no tiene familia (a efectos prácticos) ni muchos amigos, y, cuando los tiene, tampoco puede compartir con ellos sus problemas, porque se supone que son secretos. Lo instruyen como asumiendo siempre de primeras que será tonto o inútil, lo utilizan y lo usan y lo tiran a su conveniencia. Él sí que parece tonto a ratos, sobre todo cuando, en momentos de debilidad, las cosas que le dicen y le hacen calan en él, pero os puedo asegurar que, aunque en ocasiones lo parezca, no tiene un pelo de tonto. Sabe perfectamente lo que se hace, se dé cuenta él mismo o no, y tiene capacidad de sobra para entrever los hilos que mueven su destino y para atreverse, a veces, a manipularlos para salvarse o conseguir sus objetivos.


Traspié es una persona buena, inocente e, incluso, ingenua. Es inseguro y seguro al mismo tiempo, tenaz, inteligente y tierno. Lo obligan a crecer por la fuerza, lo echan a la corriente para que lo arrastre sin preocuparse por si está o no preparado para ello, pero, en el fondo, sigue siendo él mismo. Y sigue siendo un niño. Hace lo que puede, obedece como puede. Encara los nuevos retos con una mezcla de determinación e inseguridad. Es complejo, humano y tierno. Siento él el narrador, es difícil percibirle desde fuera, difícil hacerse una idea de él. Sufre, pero al relatarlo no profundiza en su dolor. Llora, pero no trata de obligarnos a sentir lástima por él, una lástima más que justificada. Somos los lectores, cuando pensamos un poco en el libro, los que nos damos cuenta de cuán triste y solo y abandonado y desalentado debe de sentirse en el fondo, cuánto debe de pesarle el corazón. A pesar de ello, sigue adelante sin detenerse ni un momento, aunque tenga que avanzar a trompicones.


Los demás personajes están tan bien delineados como este. Hay variedad: los tenemos carismáticos, odiosos, desconcertantes, tiernos, admirables... Casi todos son varones, aunque también nos encontramos a algunas mujeres que están perfectamente construidas. Se presentan, además, desde una perspectiva mucho menos sexista de lo que solemos encontrarnos en estos libros. No es una novela feminista, pero tampoco hace nada raro en ese sentido.


Podría dedicar horas a escribir sobre Burrich y la relación amor-odio-distancia emocional que tiene con Traspié, o sobre el mal bicho de Regio, o sobre el peor bicho de Galeno. Sobre Molly, el interés amoroso del protagonista; Paciencia, la esposa de Hidalgo, que es estéril y desearía dolorosamente que Traspié hubiese nacido de su vientre; Kettricken, la princesa que ama a su hermano tanto como ama a su pueblo. Y muchos más, a cual mejor definido. Tenemos incluso a un par de perros que son personajes clave, y que dan un toque conmovedor e inmensamente triste a algunas escenas. El surtido es amplio y delicioso. Precisamente porque podría dedicar horas a hablar de ellos, es mejor que lo deje aquí. No sería capaz de resumir algo que me apasiona tanto, y tampoco me veo con derecho de desvelaros todas las maravillas que este libro te plantea por sorpresa una vez lo empiezas a leer.


Como único "pero", yo diría que los capítulos se hacen largos. Están bien divididos, y, sin embargo, me costaba llegar de uno a otro. Solía hacer descansos al terminar un capítulo, y me costaba empezar el siguiente. Con frecuencia, a mitad de uno de ellos me ponía a mirar cuántas páginas le quedaban, porque no podía más.


Es extraño, porque todas las reseñas que he leído de Aprendiz de asesino dicen justo lo contrario: que se devora rápido. He leído muchos libros que me han entrado como agua, pero este, a pesar de lo mucho que me gustaba, no fue uno de ellos. Al ser una novela apasionante, te insta a seguir leyendo, aunque también me pareció un poco lenta en algunos puntos. Tenía claro que era un libro bueno y que quería acabarlo, pero a veces avanzar me costaba un poco. Quizá se debiera, como digo, a la longitud de los capítulos, o tal vez fuese la propia complejidad de la historia y del universo en el que se desarrolla, que me sobrecargaban enseguida.


El lenguaje tampoco me ha parecido especialmente ligero, cosa que quizá contribuyó a que la novela no me entrase tan deprisa. No es tampoco un lenguaje especialmente complejo, sino que se encuentra en el perfecto término medio. Es sugerente, bello y preciso, tanto, que constituye otro de los encantos de Aprendiz de asesino, aunque se trate de un encanto más sutil. No me ha parecido tan fácil de digerir como algunas reseñas sugieren. Repito que esto puede ser una impresión subjetiva, pero tengo que comentarlo.


Tengo muchas más cosas que decir con respecto a este libro, y todas son positivas. Pero me reservo el resto del fangirleo para cuando haga la reseña de la segunda parte, Asesino real, si decido reseñarla. Por ahora, creo que con lo que he comentado os hacéis una idea de qué clase de novela es esta, de dónde reside su belleza, cuál es su tono y qué podéis encontraros cuando la leáis. A mí me ha gustado muchísimo, me ha apasionado y me ha sorprendido para bien. No esperaba encontrarme algo así cuando la compré, lo cual me ilusiona más aún. Recomiendo sin duda Aprendiz de asesino para cualquier amante del género y de los buenos libros.


Esta es, como siempre, mi opinión personal.

 

Aquí dejo la puntuación que le daría a la novela:

  • Lenguaje: 5/5.

  • Personajes: 5/5.

  • Historia (y cómo está contada): 5/5.

  • Originalidad: 4/5.

  • ¿Final satisfactorio?: SÍ. Además de satisfactorio, con un detalle muy bonito.

  • PUNTUACIÓN GENERAL: 5/5.


Espero que te haya resultado útil la reseña y que te guste el libro en caso de que decidas comprarlo. Te animo a comentar y compartir. ¡Muchas gracias por leer, y hasta la próxima!

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