Quise leer este libro totalmente por impulso, solo vi a alguien en Twitter comentando que era una de las mejores sagas juveniles que había leído y yo me quedé pensando "vaya, pero si yo no he oído hablar nada de ella". Obviamente, tenía que echarle un ojo y la verdad es que ha sido una buena idea.
Furyborn 1: El origen de las dos reinas es una novela escrita por Claire Legrand (EEUU) y publicada en 2018. La segunda y tercera parte están publicadas también. Las tres novelas forman la Trilogía del Empirio. Tiene 291 páginas y a mí, en versión kindle, me costó poco más de 4 euros.
La sinopsis es la siguiente:
La profecía lo anunció: llegará una Reina de la Sangre para destruir el mundo, y una Reina del Sol para reconstruirlo. No se sabe cuándo, no se sabe quién. Pero sucederá.
En dos épocas diferentes y reinos separados, las vidas de Rielle y Eliana están vinculadas por lazos aún más poderosos que la magia. Una de ellas es la Reina de la Sangre; la otra, la Reina del Sol: ambas están destinadas a unir el cielo y la tierra, las almas celestiales y los humanos. Pero el camino que tendrán que transitar es duro, repleto de sacrificios y de pruebas inclementes para estas reinas que, al fin y al cabo, son dos chicas tan valientes como vulnerables en cuyos hombros el Destino eligió cargar el peso del Universo.
Como suelo hacer, antes de comprar la novela me descargué las páginas de prueba de Amazon, y debo decir que este libro tiene uno de los inicios más complicados y confusos que he leído en mi vida. Me tuve que releer muchos párrafos dos o tres veces para intentar pillar de qué me estaban hablando y, cuando se acabó el primer capítulo, tuve dos sensaciones muy claras:
No había entendido un carajo.
Este iba a ser un buen libro.
Pero no lo compré inmediatamente porque estaba con otras lecturas, así que me esperé un par de semanas. Cuando lo compré, tuve que releerme ese primer bellísimo y rarísimo capítulo en el que te sueltan toda la información importante de golpe, sabiendo que no vas a captar nada y, por lo tanto, en realidad no hay spoilers. Me encantó y seguí, y el resto me ha gustado también, aunque ha habido cosas negativas que no le puedo pasar por alto.
Empecemos por las cosas buenas:
Estructura. Tenemos dos protagonistas: Rielle y Eliana. Furyborn está narrada en tercera persona e intercalando un capítulo de una con un capítulo de otra. Deja la historia en el punto más interesante al final de cada capítulo, un recurso que a mí, personalmente, siempre me da rabia, pero que aquí, por tratarse de capítulos muy cortos y ágiles, no me ha molestado apenas. El resultado es una lectura muy ágil, apenas te enteras de lo rápido que avanzas. Además, al principio de cada capítulo encontramos pequeños fragmentos de oraciones, cartas, diarios... algo que no es nuevo, pero que aquí me parece que está especialmente bien usado porque los fragmentos aportan información interesante de verdad, cosa que, bajo mi punto de vista, no suele suceder.
Primer capítulo. Ese primer capítulo tan confuso narra el final de la historia de Rielle y nos revela muchas cosas importantes, aunque sin explicarlas. Por eso plantea un gran número de incógnitas que no se llegan a resolver a lo largo de la novela y te obligan a leer la siguiente. Un solo capítulo sostiene, así, todo el libro y, asumo, toda la trilogía, porque necesitas saber qué demonios pasó y cómo llegaron hasta ahí. Conocer el final, lejos de destriparnos la trama, la hace muchísimo más interesante, un efecto que se va incrementando conforme avanzan los acontecimientos y empezamos a asumir que las respuestas no llegarán rápido ni fácil. Haber conseguido crear ese efecto en un libro de estas características tiene mérito.
Los dos entornos. Eliana vive mil años después de Rielle. En ese tiempo el mundo ha cambiado muchísimo y la evolución se refleja perfectamente en la novela. Tenemos un entorno más medieval, donde encontramos un mundo muy religioso, con carreras de caballos y magia y profecías, que combina perfectamente con otro entorno más moderno en el que hay armas de fuego, granadas, soldados a los que parecen haberles lavado el cerebro, templos derruidos... Se construyen dos ambientes distintos que, sin embargo, tienen muchas cosas en común, forman parte de una misma historia y, lo más importante: no chirrían entre sí. Si lo hicieran, no habría manera de sostener el libro. En su lugar, combinan bien y se complementan, porque en el mundo de Eliana encontramos ecos de todo lo que le sucede a Rielle.
Las dos protagonistas. Rielle y Eliana son muy parecidas y muy diferentes al mismo tiempo. A veces me parecen la misma persona reencarnada y en otras ocasiones se diferencian tanto que admiro la habilidad de la autora para crear dos protagonistas tan fuertes y tan distintas. Las dos están un poco locas (cada una a su manera), son volátiles y arrogantes y valientes y listas. Dos protagonistas femeninas potentes y, por el momento, con una evolución bastante creíble y una personalidad que cae más o menos simpática (aunque también tienen sus cosas que producen algo de rechazo, cosa que considero buena señal porque significa que no son planas). No es infrecuente que nos encontremos con una buena historia que desluce por culpa de un protagonista insufrible, por lo que dar con un libro que tenga no solo una, sino dos cracks, es de agradecer.
Personajes secundarios. También aportan. Los hay más y menos planos (los intereses románticos de ambas, por ahora, son planísimos), pero hay varios secundarios que, aunque todavía no han tenido tiempo de desarrollarse, apuntan maneras, sobre todo en la historia de Eliana.
La dosificación de la información. Está muy bien hecha porque, después de haber leído el primer libro, no entiendo nada y no tengo ni idea de lo que ha pasado ni de lo que va a pasar, no conozco aún del todo las reglas de estos dos mundos y tengo más preguntas que respuestas. A pesar de todo esto, tengo más ganas de seguir leyendo porque está bien montado. Considero que es muy difícil conseguir que resulte tan interesante un libro que realmente no responde nada y en el que, en realidad, tampoco pasa nada que parezca muy relevante. Sin embargo, dan ganas de seguir leyendo y, cuando lo acabas, apetece continuar con la segunda parte.
La historia. La propia trama es interesante y está bien armada. A veces suceden cosas demasiado convenientes que achaco a que me falta la mayor parte de la información. Hay tantas piezas que desconozco que no puedo saber si de verdad encaja todo bien o no. Por ahora, las lagunas no molestan. Si en las otras dos novelas no se explican ciertas cosas, esas lagunas se convertirán en un problema. También debo decir que la historia, por ahora, es típica y no típica al mismo tiempo. Es decir, que parece típica, pero no lo puedo saber con seguridad sin haber leído los otros dos libros y haber visto cómo evoluciona. Quizá sea todo un gran tópico o quizá no. Intuyo, por ahora, que no, aunque nunca se sabe.
De esta novela se pueden decir pocas cosas malas, siendo la principal esta: tiene unos cuantos clichés que ni encajan ni necesita, y que ni siquiera están bien introducidos, por lo que chirrían y echan para atrás muy fuertemente. El uso de esos tópicos tontos, mal empleados encima, saca a veces de la lectura y por momentos casi quita la ganas de leer, por lo menos a mí. No hacían falta, no aportan y solo deslucen y se cargan algunas escenas importantes. Y es curioso, porque la originalidad del mundo que crea y de esos dos entornos que he comentado es una de las características que yo destacaría de Furyborn, así que no entiendo los clichés. Es como si la historia no se hubiera terminado de despojar de lo tópico y vacío y hubiera necesitado una corrección más para librarse del todo.
El otro gran defecto tiene que ver más o menos con lo mismo: se percibe una cierta artificialidad a la hora de presentar a algunos personajes y sus relaciones con las protagonistas. El ejemplo más claro (y que, además, es típico en novelas juveniles) es la total falta de química entre ellas y sus intereses románticos. Los dos chicos, además, responden al típico estereotipo de hombre-demasiado-bueno-para-mí-y-al-que-no-me-merezco-porque-soy-mala que a mí me molesta bastante. Por ahora, solo están ahí para ser un interés romántico forzado. En lugar de construir con diálogos, gestos y demás la química entre ellos y los sentimientos que se supone que los unen, la autora opta por forzarlos a decirse cursilerías camufladas (o no camufladas, lo cual es peor) o a describir los fuertes latidos de sus corazones cuando se ven o lo a gusto que se sienten abrazándose y oliéndose e imaginándose besando esos labios... Supongo que captáis la idea. Pues así es como están montados los romances por ahora. Es burdo y produce rechazo porque no hay nada real.
Esa manipulación poco elegante de los sentimientos que se supone que debe tener el lector se encuentra en otros personajes, como en Remy, el hermano menor de Eliana (que te tiene que parecer tierno sí o sí), o en las propias protagonistas: Eliana se siente taaaaan culpable de ser una asesina... y Rielle está taaaaan triste de que su padre parezca no quererla... Incidir constantemente en ciertas cosas, de manera demasiado descarada y con un evidente interés por hacer que te caigan bien quienes la autora quiere que te caigan bien, no me gusta nada. Además, consigue el efecto contrario: que me caigan mal.
En definitiva, yo diría que la mayor victoria de este libro es que te hace saber que hay mucho que contar sin que te llegue a contar nada aún o, al menos, no lo parece. Es interesante y dan ganas de seguir leyendo la segunda parte. Su peor error es haber sido incapaz de liberarse de lo superficial y lo tópico para dar lugar a una historia limpia y nueva.
Todo esto es mi opinión personal.
Aquí dejo la puntuación que le daría a la novela:
Lenguaje: 4/5.
Personajes: 3,5/5.
Historia (y cómo está contada): 5/5.
Originalidad: 3,5/5.
¿Final satisfactorio?: NI SÍ NI NO, NO CIERRA NADA TODAVÍA.
PUNTUACIÓN GENERAL: 4/5.
Espero que te haya resultado útil la reseña y que te guste el libro en caso de que decidas comprarlo. Te animo a comentar y compartir. ¡Muchas gracias por leer, y hasta la próxima!
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